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Historia

El Hospital de Aysén, fundado a fines de 1929, surgió como respuesta a la necesidad de atención médica en la zona. A pesar de contar con una estructura de madera y carecer de los requerimientos necesarios para la práctica médica, el Hospital de Puerto Aysén se convirtió en un pilar fundamental para la comunidad. La llegada de las religiosas Siervas de María marcó un cambio positivo en la administración y el aspecto del recinto, destacándose por la pulcritud y la organización.

La edificación del hospital presentaba desafíos, especialmente en la dotación de espacios para pabellones y salas, con un enfoque especial en la atención de niños y lactantes. A pesar de estas limitaciones, el hospital resistió con éxito eventos como la ola de viento y temporales de 1966, demostrando su importancia para la comunidad.

La convivencia entre religiosas y personal médico en el hospital era descrita como llevadera, con un ambiente de admiración mutua y colaboración disciplinada. Las religiosas desempeñaban un papel crucial en la asistencia médica, apoyando en los pabellones, preparando material quirúrgico y brindando cuidados a los pacientes. Su presencia era especialmente significativa ante la falta continua de personal médico.

El compromiso de las Siervas de María con la atención médica se reflejaba en su labor cotidiana, que iba más allá del ámbito estrictamente médico, llegando a involucrarse en tareas domésticas y de cuidado personal para garantizar el bienestar integral de los pacientes.

El Hospital de Puerto Aysén, a pesar de sus limitaciones iniciales, se convirtió en un centro vital para la comunidad, gracias al esfuerzo y dedicación tanto del personal médico como de las religiosas Siervas de María. Su legado perdura como un ejemplo de servicio y compromiso con la salud de quienes más lo necesitan.

El Largo Camino Hacia el Nuevo Hospital de Puerto Aysén

El cambio del antiguo hospital a las nuevas instalaciones del Hospital de Puerto Aysén fue el resultado de un largo y cuidadoso proceso de planificación y coordinación que se desarrolló a lo largo de varias fases.

La primera fase, entre abril y mayo de 2016, fue de carácter informativo, centrándose en la socialización del proyecto “Normalización Hospital Puerto Aysén” con los funcionarios y líderes de la comunidad. Durante esta etapa, se llevaron a cabo encuentros para dar a conocer los detalles del proyecto a quienes serían parte fundamental de su implementación.

La siguiente fase, denominada “Funcionalidad”, tuvo dos momentos clave. Primero, se buscó empoderar a las diversas unidades del hospital en el proyecto, revisando aspectos como la infraestructura, el recurso humano y el equipamiento. Posteriormente, se construyeron en conjunto con el equipo de gestión de cambio, los referentes clínicos y los directivos, los nuevos modelos de gestión basados en la mediana complejidad.

Paralelamente, la fase “Interacción” incorporó la mirada de la ciudadanía a través de las “Cápsulas Comunitarias”, generando un espacio de diálogo e involucramiento de la población.

La cuarta fase, “Asimilación – Apropiación”, se enfocó en el traslado de los funcionarios al nuevo hospital y en actividades para familiarizarlos con el proyecto y la habilitación de los nuevos espacios.

Finalmente, la fase “Abriendo las Puertas” contempló el traslado de todos los servicios, el inicio de la marcha blanca y la implementación de “monitores informativos” para facilitar la transición.

Este proceso meticuloso y participativo permitió que la comunidad de Puerto Aysén contara con un nuevo hospital moderno y funcional, que supliera las necesidades de atención médica de la zona. Una historia de superación y adaptación, en la que la participación de todos los actores fue fundamental para alcanzar este importante hito.